El cáncer de mama es una de las principales causas de diagnóstico oncológico en mujeres, pero también uno de los que tiene mejor pronóstico cuando se detecta a tiempo. La prevención y la detección temprana no solo salvan vidas: también mejoran la calidad de vida de quienes atraviesan esta enfermedad y sus familias.

El primer paso es conocer el propio cuerpo. Realizar el autoexamen mamario una vez al mes, preferentemente unos días después del período menstrual, permite identificar cambios o alteraciones que merezcan atención médica. Sin embargo, el autoexamen no reemplaza los controles profesionales: los estudios por imágenes, como la mamografía o ecografía mamaria, son fundamentales y deben realizarse de acuerdo a la edad, los antecedentes personales y las indicaciones del médico.

Adoptar hábitos saludables también contribuye a reducir el riesgo: mantener una alimentación equilibrada, realizar actividad física de manera regular, evitar el consumo excesivo de alcohol y no fumar son factores protectores. Además, gestionar el estrés y cuidar el descanso son aliados del bienestar general.

Hablar del cáncer de mama sigue siendo necesario. Informarnos, acompañar y fomentar la realización de controles periódicos es una forma concreta de cuidar y cuidarnos. Cada acción cuenta, y la detección temprana puede marcar la diferencia entre un diagnóstico oportuno y uno tardío.

Este mes, sumate a la prevención: hacete los controles, promové la información y compartí el mensaje. Porque cuando hablamos de salud, el conocimiento y la prevención son nuestros mejores aliados.